Miradle, se parece a aquella encina,
emblema de una patria recia y dura.Su piel no es piel. Parece una armadura
callosa, no de seda amable y fina.
Porta la máscara de hierro frío,
viste la túnica de sombra larga.
Con qué elegancia el sufrimiento carga,
su sobriedad es casi un desafío.
Comparte cuanto tiene, mucho o poco,
no quiere más riqueza que su esfuerzo.
Su corazón es puro como el cierzo,
como el enjuto hidalgo bueno y loco.
Su sangre es tierra seca y amarilla,
no empeña nunca su palabra en vano.
Su honor es mas ardiente que el verano.
Un hijo verdadero de Castilla.